top of page

¡Ciudades al Límite! ¿Podrán México y EE.UU. Frenar la Huella de Carbono en 2025?

  • Foto del escritor: Editorial
    Editorial
  • 11 mar
  • 3 Min. de lectura
Ciudad de México interAlcaldes

La lucha contra el cambio climático ha llevado a México y Estados Unidos a implementar políticas urbanas enfocadas en reducir la huella de carbono. Dos estrategias clave han sido la reforestación y la promoción de transporte limpio. En 2024, ambos países mostraron avances significativos en estas áreas, pero los desafíos para 2025 son considerables.

 

Avances en reforestación durante 2024

En México, la colaboración entre comunidades y empresas ha sido fundamental. Un ejemplo destacado es Iberdrola México, que en 2024 plantó 8,000 árboles en cinco estados: Estado de México, Guanajuato, Oaxaca, Puebla y Querétaro. Desde 2022, la empresa ha contribuido con la plantación de 21,000 árboles, involucrando a empleados y habitantes locales en estas iniciativas.

 

Por su parte, Estados Unidos ha continuado con programas de reforestación a nivel estatal y federal. Aunque no se disponen de cifras exactas para 2024, se sabe que iniciativas como el "Trillion Trees Act" buscan plantar miles de millones de árboles en la próxima década. Estas acciones no solo capturan CO₂, sino que también mejoran la biodiversidad y la calidad del aire.

 

Impulso al transporte limpio en 2024

La Ciudad de México ha dado pasos importantes hacia la regulación del transporte eléctrico. En marzo de 2025, se presentó una propuesta de reforma a la Ley de Movilidad y Reglamento de Tránsito para regular vehículos eléctricos como motocicletas, patines y scooters. La reforma busca que estos vehículos cumplan con normativas similares a las motocicletas de combustión, incluyendo el uso de placas y cascos. Esta iniciativa responde al creciente uso de estos medios y a la necesidad de mejorar la seguridad vial.

 

En Estados Unidos, ciudades como Nueva York han implementado programas para modernizar su flota de camiones, promoviendo la adquisición de vehículos con bajas emisiones de carbono. El programa "South Bronx Clean Truck Program" ha logrado reducir la contaminación atmosférica hasta en un 75% por camión.

Dallas Texaas interAlcaldes

Retos para 2025 ¿estamos preparados?

A pesar de los avances, 2025 presenta desafíos significativos. La reelección de Donald Trump en 2024 ha generado incertidumbre en las políticas ambientales de Estados Unidos. Su administración anterior se caracterizó por el retiro del Acuerdo de París y la promoción de combustibles fósiles. Aunque no hay indicios claros de un cambio en esta postura, la comunidad internacional y diversos actores internos abogan por mantener y fortalecer las políticas de reducción de emisiones. 

 

Las iniciativas de reforestación y transporte limpio requieren inversiones sustanciales. La colaboración público-privada es esencial, pero la volatilidad económica puede afectar la disponibilidad de recursos. Es crucial establecer mecanismos financieros robustos que garanticen la continuidad de estos proyectos. La transición hacia el transporte limpio demanda una infraestructura adecuada, como estaciones de carga para vehículos eléctricos. Además, es vital invertir en tecnologías que mejoren la eficiencia energética y reduzcan costos, facilitando la adopción masiva de estos medios. La efectividad de las políticas depende en gran medida de la aceptación y participación ciudadana. Es necesario implementar campañas educativas que informen sobre los beneficios de la reforestación y el uso de transporte limpio, fomentando un cambio cultural hacia prácticas más sostenibles.

 

México y Estados Unidos han demostrado avances en la reducción de la huella de carbono a través de políticas urbanas enfocadas en la reforestación y el transporte limpio. Sin embargo, 2025 se perfila como un año decisivo que requerirá compromiso político, inversiones estratégicas y una ciudadanía informada y participativa. Solo mediante un esfuerzo conjunto y sostenido será posible enfrentar los desafíos climáticos que se avecinan y garantizar un futuro más sostenible para las próximas generaciones.

 

Los desafíos para 2025 son claros y demandan una respuesta firme. La incertidumbre política en Estados Unidos, especialmente tras la reelección de Donald Trump, podría poner en riesgo los avances ambientales logrados. Su historial de favorecer los combustibles fósiles genera dudas sobre la continuidad de políticas climáticas ambiciosas, aunque actores internacionales y nacionales siguen presionando para mantener el rumbo ecológico. Además, el financiamiento sostenible se presenta como un obstáculo crítico; si bien la colaboración público-privada ha demostrado ser efectiva, la volatilidad económica amenaza con frenar inversiones clave en reforestación y transporte limpio.

 

Por otro lado, la infraestructura para el transporte eléctrico aún no está lo suficientemente desarrollada para soportar una adopción masiva, lo que exige inversiones urgentes en estaciones de carga y mejoras tecnológicas que faciliten esta transición. Finalmente, la conciencia ciudadana juega un papel crucial: sin una sociedad bien informada y comprometida, cualquier iniciativa corre el riesgo de quedar solo en el papel. La educación ambiental debe ser prioritaria para que la población adopte prácticas sostenibles y respalde activamente estos esfuerzos.

 

Escrito por: Editorial

留言


bottom of page