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La Frontera Emprende, PyMEs la nueva fuerza económica binacional que no puede esperar

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    Editorial
  • hace 10 horas
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La Frontera Emprende revista interAlcaldes

En medio de las tensiones comerciales globales y la necesidad urgente de fortalecer las cadenas de valor regionales, las pequeñas y medianas empresas (PyMEs) en la frontera entre México y Estados Unidos han emergido como actores clave para el desarrollo económico compartido. Desde Tijuana hasta Brownsville, pasando por Nogales, Ciudad Juárez y McAllen, se ha intensificado la creación de programas binacionales que buscan profesionalizar, financiar y conectar a las PyMEs con mercados más amplios, dotándolas de herramientas tecnológicas y acceso a capital.

 

Durante 2024, ambos gobiernos y múltiples instituciones locales impulsaron iniciativas de capacitación y financiamiento dirigidas a este sector. En México, el programa “Impulso NAFIN Frontera Norte” destinó más de 2,500 millones de pesos en líneas de crédito preferenciales, beneficiando a más de 12,000 PyMEs con presencia en los estados de Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas. Al mismo tiempo, en Estados Unidos, la Small Business Administration (SBA) reforzó sus lazos con agencias de desarrollo económico locales en Texas, Nuevo México, Arizona y California para brindar asesoría y microcréditos a más de 18,000 empresas de origen hispano, muchas de ellas con operaciones transfronterizas.

 

Una investigación conjunta de la Universidad de Texas en El Paso y el Colegio de la Frontera Norte en 2024 estimó que las PyMEs representan el 87% del tejido empresarial en la región fronteriza, pero apenas el 25% del volumen de comercio binacional. Este desequilibrio evidencia una oportunidad desaprovechada: muchas empresas carecen de acceso a financiamiento flexible, formación en comercio exterior, y herramientas digitales para competir en un entorno cada vez más globalizado. Sin embargo, también demuestra el enorme potencial que estas entidades tienen para escalar su participación si se eliminan las barreras estructurales.

 

Entre los principales avances del último año destaca la creación de centros binacionales de innovación para PyMEs, como el “Hub de Emprendimiento Transfronterizo” lanzado en San Diego-Tijuana, que en su primer año capacitó a más de 600 emprendedores en comercio electrónico, inteligencia artificial y normativas regulatorias de exportación. También se consolidaron alianzas entre universidades como el ITESM y Arizona State University para desarrollar programas de certificación en innovación y manufactura avanzada dirigidos a empresarios y gerentes de empresas medianas.

PyMEs la nueva fuerza económica binacional que no puede esperar revista interAlcaldes

Sin embargo, el desafío no es menor. Muchas de estas iniciativas siguen siendo aisladas, sin una coordinación institucional fuerte ni una política binacional clara de apoyo a las PyMEs como estrategia de desarrollo regional. En 2025, el reto más urgente será lograr que estas acciones se integren en una agenda compartida que reconozca el valor estratégico de las PyMEs en el nearshoring, en la relocalización de cadenas productivas y en el fortalecimiento de economías locales que hoy enfrentan desigualdades estructurales.


Además, será crucial que los programas de financiamiento contemplen modelos más inclusivos, con enfoque de género y atención especial a empresas lideradas por comunidades migrantes o indígenas. Según datos del INEGI y del U.S. Census Bureau, apenas el 14% de las PyMEs exportadoras en la región fronteriza son dirigidas por mujeres, lo que evidencia una brecha que debe cerrarse para garantizar un crecimiento realmente equitativo.

 

También debe mejorarse la interoperabilidad tecnológica entre ambos países, permitiendo a las PyMEs adoptar soluciones digitales compatibles en temas como facturación electrónica, logística inteligente, y cumplimiento fiscal binacional. Sin esto, la brecha digital puede convertirse en un nuevo muro, tan restrictivo como el físico, que impida el crecimiento regional equitativo.

 

En conclusión, 2025 será el año clave para transformar el apoyo a las PyMEs de una política sectorial a una estrategia de Estado, tanto en México como en Estados Unidos. Si se logra consolidar un ecosistema binacional de emprendimiento con reglas claras, financiamiento accesible y formación tecnológica de alto nivel, la frontera dejará de ser una línea de separación para convertirse en una plataforma de lanzamiento. Las PyMEs ya están listas; falta que los gobiernos también lo estén.

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Escrito por: Editorial

 

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