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Norteamérica renace, Jalisco y los Estados fronterizos lideran la nueva era industrial

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    Editorial
  • 28 abr
  • 3 Min. de lectura
Norteamérica renace, Jalisco y los Estados fronterizos lideran la nueva era industrial

En 2025, Norteamérica está viviendo un renacimiento industrial que parecía impensable hace apenas una década. Impulsado por el fenómeno del nearshoring, la región ha reconfigurado su mapa económico, posicionando a México como pieza estratégica en la reindustrialización de Estados Unidos y Canadá. Dentro de esta dinámica, los estados fronterizos mexicanos —Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas— y Jalisco, como puerta tecnológica del occidente, se han convertido en motores fundamentales del nuevo ciclo de crecimiento.

 

Durante 2024, los estados fronterizos captaron el 53% de la Inversión Extranjera Directa (IED) que llegó a México en el sector manufacturero, de acuerdo con datos de la Secretaría de Economía. Nuevo León lideró el proceso, atrayendo inversiones récord por más de 9,600 millones de dólares, seguido de Chihuahua y Coahuila con flujos superiores a los 5,000 millones cada uno. Mientras tanto, Jalisco rompió paradigmas al posicionarse como el primer estado no fronterizo en materia de nearshoring, captando 4,200 millones de dólares en nuevos proyectos industriales, principalmente en sectores de alta tecnología como semiconductores, manufactura avanzada y componentes electrónicos, según reportes del Consejo de Cámaras Industriales de Jalisco (CCIJ) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

 

La apuesta de Jalisco ha sido doblemente estratégica: por un lado, ha consolidado su ecosistema de innovación alrededor del área metropolitana de Guadalajara, donde el empleo manufacturero creció un 18% durante 2024 en comparación con 2023; por otro, ha impulsado nuevos corredores industriales hacia el interior del estado, especialmente en municipios como El Salto, Tepatitlán y Lagos de Moreno, que en conjunto reportaron un incremento del 22% en la apertura de nuevas plantas manufactureras. Este modelo de "nearshoring inteligente" le ha permitido a Jalisco diversificar su oferta más allá del ensamblaje tradicional, apostando por la manufactura de alto valor agregado.

 

En paralelo, los estados fronterizos no solo han reforzado su infraestructura logística para captar inversión, sino que también han intensificado su integración con los mercados de Estados Unidos. Durante 2024, el volumen de exportaciones de manufacturas desde la frontera norte mexicana creció un 11% anual, de acuerdo con cifras de la Oficina del Censo de Estados Unidos y la Secretaría de Economía. Este dinamismo estuvo acompañado de un incremento del 17% en las solicitudes de construcción de nuevos parques industriales certificados, lo que evidencia una presión creciente sobre la infraestructura disponible y la necesidad urgente de expandir capacidades logísticas y energéticas.

Norteamérica renace, Jalisco y los Estados fronterizos

El fenómeno del nearshoring también ha traído consigo importantes transformaciones laborales. Según el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el empleo formal en el sector manufacturero creció un 7.8% en 2024 en los estados fronterizos, mientras que Jalisco experimentó un aumento de 9.3%, especialmente en perfiles técnicos e ingenieriles especializados. Esto confirma que la relocalización de cadenas de suministro no solo es una oportunidad de inversión, sino también un motor de desarrollo social y de movilidad económica ascendente.

 

No obstante, los desafíos para 2025 son tan grandes como las oportunidades. Uno de los principales riesgos es la saturación de infraestructura logística en la frontera norte, donde cruces como Laredo, Otay y Nogales ya registran tiempos de espera que superan en un 25% los niveles óptimos, según el North American Development Bank (NADB). Sin una inversión decidida en modernización de aduanas, ampliación de carreteras y reforzamiento de la seguridad en rutas de transporte, el potencial de nearshoring podría verse limitado.

 

Por su parte, Jalisco enfrenta el reto de consolidar su modelo de manufactura avanzada sin caer en la tentación del crecimiento desordenado. Para ello, necesita fortalecer sus estrategias de formación de talento, infraestructura energética sustentable y servicios públicos de calidad en las zonas industriales emergentes. Universidades como el Tecnológico de Monterrey, el ITESO y la Universidad de Guadalajara han empezado a adaptar sus programas para responder a las nuevas necesidades del sector, pero la escala de la transformación exige una coordinación mucho más estrecha entre gobierno, academia e industria.

 

Finalmente, a nivel binacional, el nearshoring solo podrá alcanzar su máximo potencial si se garantiza un entorno de estabilidad regulatoria y cooperación política entre México y Estados Unidos. Las renegociaciones sectoriales del T-MEC previstas para 2026 comienzan ya a generar incertidumbre entre inversionistas, lo que hace imperativo que ambos países mantengan un diálogo fluido y proactivo para blindar los logros alcanzados.

 

La reindustrialización de Norteamérica ya no es una promesa: es una realidad en construcción, y Jalisco junto con los estados fronterizos están escribiendo las primeras líneas de esta nueva historia económica. El futuro de la región dependerá de su capacidad para sostener este impulso inicial con visión estratégica, infraestructura resiliente y una fuerza laboral de clase mundial.

 

Escrito por: Editorial

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