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La brecha invisible ¿por qué las mujeres emprendedoras siguen fuera del juego financiero en México y EE.UU.?

  • Foto del escritor: Editorial
    Editorial
  • 24 abr
  • 4 Min. de lectura
Mujer emprendedora en mexico y estados unidos revista interalcaldes

En pleno 2025, la narrativa de igualdad de género en el emprendimiento parece avanzar a pasos firmes, pero las cifras revelan una realidad menos alentadora. Tanto en México como en Estados Unidos, las mujeres enfrentan barreras persistentes para acceder a financiamiento, asesoría empresarial y mercados, elementos esenciales para el crecimiento sostenido de sus negocios. Aunque se han implementado iniciativas y programas en ambos países para reducir estas desigualdades, los avances son aún insuficientes para cerrar la brecha que separa a hombres y mujeres en el ecosistema emprendedor.

 

Panorama en México: Formalización pendiente y oportunidades digitales

En México, las mujeres representan el 20.6% del total de personas emprendedoras. No obstante, el 82% de ellas opera en la informalidad, lo que limita severamente su acceso a crédito formal, asesoría especializada y programas de incubación. Esta situación se traduce en que solo entre el 8% y el 11% de las mujeres logran obtener financiamiento bancario o gubernamental, según datos del Tec de Monterrey y de la plataforma Finance for Development.

 

El acceso desigual a servicios financieros tiene múltiples causas. Entre ellas destacan la falta de historial crediticio formal, la escasa alfabetización financiera y la predominancia de sesgos de género en el sistema bancario y de inversión. A esto se suma que muchas mujeres emprenden desde una posición de necesidad económica, sin una red previa de contactos ni capital semilla.

 

Pese a estas limitaciones, 2024 marcó un punto de inflexión con la digitalización de los servicios financieros. La adopción creciente de pagos digitales mediante SPEI y CoDi ha permitido a miles de mujeres formalizar parcialmente sus operaciones y generar trazabilidad financiera. Además, la Secretaría de Relaciones Exteriores y la empresa fintech Stori anunciaron una inversión conjunta de 7 mil millones de pesos para impulsar la inclusión financiera femenina, especialmente en sectores populares y comunidades indígenas.

 

Sin embargo, estos esfuerzos aún no son sistémicos ni lo suficientemente articulados con programas de desarrollo económico local. La falta de seguimiento técnico, acompañamiento personalizado y acceso a cadenas de valor continúa limitando la consolidación de emprendimientos femeninos, especialmente en estados del sur y centro del país.

Mujer emprendiendo su negocio revista interalcaldes

Estados Unidos: Capital, mentoría y representatividad aún desiguales

En Estados Unidos, el ecosistema emprendedor femenino ha mostrado señales de crecimiento. Las mujeres ya son propietarias del 39.1% de las empresas en el país, un aumento del 13.6% en comparación con 2019, de acuerdo con la Small Business Administration (SBA). No obstante, solo el 2% del capital de riesgo se destina a startups fundadas exclusivamente por mujeres. Esta cifra no ha cambiado significativamente en los últimos cinco años, a pesar de los esfuerzos del sector privado por adoptar enfoques de inversión con perspectiva de género.

 

En cuanto al financiamiento respaldado por la SBA, los préstamos otorgados a mujeres crecieron un 70% durante 2024. Sin embargo, todavía representan apenas el 21.3% del total. Las barreras estructurales, como la menor presencia de mujeres en espacios de liderazgo financiero, la concentración de redes de inversión en industrias dominadas por hombres, y los sesgos en las evaluaciones de riesgo, limitan el acceso equitativo al capital.

 

Un aspecto positivo ha sido el crecimiento en el número de inversionistas ángeles mujeres, que alcanzaron el 47% del total en 2023. Estas inversionistas han comenzado a financiar de manera preferente a otras mujeres, lo que permite abrir espacios a proyectos con enfoques más diversos. Además, universidades como Stanford y Columbia han reforzado sus programas de aceleración para emprendedoras, integrando módulos sobre liderazgo, inteligencia financiera y redes de negocios globales.

 

Retos y perspectivas para 2025: Políticas con enfoque interseccional y alianzas binacionales

Para desarrollar todo el potencial del emprendimiento femenino en 2025, tanto México como Estados Unidos deben transitar de políticas reactivas a estrategias estructurales. En México, la prioridad debe centrarse en crear mecanismos eficaces de formalización, desarrollar productos financieros sensibles al contexto de género y fortalecer las capacidades institucionales de los gobiernos locales para integrar a las mujeres emprendedoras en cadenas productivas con valor agregado.

 

En Estados Unidos, urge ampliar los criterios de inversión en fondos de capital para incorporar de forma obligatoria indicadores de diversidad e inclusión, así como fortalecer los esquemas de mentoría, particularmente en sectores tecnológicos, manufactura avanzada y sustentabilidad, donde la participación femenina sigue rezagada.

 

A nivel binacional, existen oportunidades clave para crear fondos de coinversión, promover redes empresariales de mujeres entre ambos países y compartir mejores prácticas en educación financiera, digitalización de negocios y modelos de liderazgo. Iniciativas como el programa binacional "Mujer Exporta" y la integración de clústeres de innovación con enfoque de género pueden ser puntos de partida para articular una visión de desarrollo más equitativa.

 

La igualdad de género en el emprendimiento no solo es una meta moral, sino una condición indispensable para el crecimiento económico sostenible de la región. Romper la brecha invisible que aún margina a millones de mujeres emprendedoras será uno de los desafíos más urgentes —y estratégicos— para ambos países en 2025.

 

Escrito por: Editorial

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