Del techo de cristal al techo digital. Cómo las mujeres están revolucionando la tecnología en Jalisco y Estados Unidos
- Editorial

- 25 jun
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La transformación tecnológica que viven Jalisco y Estados Unidos no solo se mide en innovación o inversión, sino también en inclusión. En 2024, la participación femenina en el sector tecnológico se consolidó como un factor estratégico para el desarrollo económico regional, pero los avances alcanzados evidencian que aún queda un largo camino por recorrer.
En Jalisco, iniciativas como el programa “Mujeres STEM” del Gobierno del Estado y la Universidad de Guadalajara lograron que la matrícula femenina en carreras tecnológicas aumentara un 18% respecto a 2023, alcanzando una representación del 34% en ingenierías y ciencias aplicadas. Por su parte, el clúster de tecnologías de la información de Jalisco reportó que el número de mujeres empleadas en empresas de software y hardware creció 22% en el último año, según datos de la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología del estado.
Del otro lado de la frontera, el panorama también muestra signos de cambio. En Estados Unidos, el Departamento de Trabajo reportó que en 2024 el 29% de los empleos en el sector tecnológico fueron ocupados por mujeres, lo que representa un incremento de 4 puntos porcentuales frente a 2022. Programas como “TechWomen” del Departamento de Estado y el impulso de universidades como MIT y Stanford han sido clave para fomentar la equidad en áreas como inteligencia artificial, ciberseguridad y desarrollo de software.
El impacto económico de esta mayor participación es tangible. En Jalisco, los empleadores tecnológicos que implementaron políticas de equidad de género reportaron un incremento del 12% en productividad y un 9% en innovación de productos, según el último estudio de la Cámara Nacional de la Industria Electrónica, de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (CANIETI Occidente). En Estados Unidos, un informe de McKinsey & Company estimó que las empresas con alta diversidad de género en sus equipos tecnológicos lograron hasta un 25% más rentabilidad respecto a aquellas con menor representación femenina.

Pero más allá de los números, el avance femenino en tecnología tiene profundas implicaciones sociales y políticas. La presencia de mujeres en el ecosistema STEM no solo diversifica la perspectiva en el desarrollo de nuevas soluciones tecnológicas, sino que también fortalece la competitividad regional. Municipios de Jalisco como Zapopan y Guadalajara están apostando por becas, bootcamps y talleres dirigidos a mujeres jóvenes, mientras que en ciudades estadounidenses como Austin y San Diego, se están creando hubs de innovación con enfoque de género.
A pesar de estos avances, el año 2025 se perfila como un punto de inflexión para consolidar lo logrado y enfrentar retos pendientes. El primero es cerrar la brecha salarial. En ambos países, las mujeres en tecnología aún ganan entre un 10% y un 20% menos que sus colegas hombres en posiciones equivalentes. Además, persiste una baja representación femenina en puestos de liderazgo tecnológico, donde solo el 12% de las direcciones de tecnología en empresas mexicanas están ocupadas por mujeres, mientras que en Estados Unidos la cifra apenas supera el 16%.
El segundo desafío es el acceso equitativo a financiamiento para startups lideradas por mujeres. En 2024, solo el 2% del capital de riesgo en México fue destinado a proyectos fundados por mujeres, cifra que en Estados Unidos apenas alcanzó el 3%. Esta limitación en el acceso a capital restringe la posibilidad de que más mujeres sean creadoras de tecnología, y no solo consumidoras o empleadas.

Finalmente, el reto educativo sigue siendo crítico. La promoción de vocaciones STEM entre niñas y adolescentes aún requiere mayores campañas públicas, inversión en infraestructura educativa y la eliminación de estereotipos de género que siguen arraigados en la cultura tecnológica de ambos países.
La agenda para 2025 debe ser ambiciosa: políticas públicas más agresivas en la promoción de la equidad, incentivos fiscales para empresas que integren talento femenino, esquemas de mentoría y redes de colaboración binacional que conecten a mujeres líderes del sector entre México y Estados Unidos. Solo así será posible que la innovación tecnológica sea realmente inclusiva y que el desarrollo económico de ambos países avance bajo el principio de igualdad de oportunidades.
El momento de acelerar la inclusión femenina en la tecnología no es mañana. Es hoy.
Escrito por: Editorial




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