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Congresos o rezago: el turismo de negocios que puede encender la economía México–EE.UU. en 2025

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    Editorial
  • 21 ago
  • 3 Min. de lectura
Congresos o rezago Revista interAlcaldes

El turismo de negocios —congresos, ferias y exposiciones— ya no es un “complemento” de la actividad turística: es una máquina de valor para las cadenas productivas a ambos lados de la frontera. En 2024, el gasto global en viajes de negocios alcanzó un récord estimado de 1.48 billones de dólares, superando 2019 y anticipando una trayectoria hacia 2 billones en 2028; es la señal más clara de que las reuniones presenciales volvieron al centro de la economía del conocimiento.

 

Estados Unidos cerró 2024 con 312 mil millones de dólares en gasto de viajes de negocios, equivalentes a 85% de 2019. Dentro de ese total, el segmento grupal (reuniones, congresos y expos) generó 126 mil millones —82% de su nivel prepandemia— y se perfila para crecer más rápido que el viaje individual conforme las empresas privilegian la venta consultiva y la innovación abierta. Además, el índice CEIR del sector de expos B2B se elevó con fuerza en el 4T-2024, acercándose a niveles prepandemia y confirmando el repunte estructural del canal ferial para hacer negocios.

 

Del lado mexicano, 2024 marcó un punto de inflexión: Viajes y Turismo aportaron 274.4 mil millones de dólares (14.9% del PIB) y 7.7 millones de empleos. Dentro de ese universo, la industria de reuniones (MICE) ya equivale a ~1.63% del PIB nacional y dejó atrás los números rojos, con más de 300 mil eventos previstos en 2024 impulsados por salud, tecnología y deporte. Esta musculatura no solo llena cuartos de hotel; empata proveedores industriales, startups y academia con compradores internacionales, creando pipelines de inversión y exportación.

 

Los polos feriales líderes de Norteamérica ilustran el impacto. En 2024, el visitante de convenciones en Las Vegas generó 10.1 mil millones de dólares en gasto directo, 46,200 empleos y 16 mil millones en impacto económico total del segmento; IMEX America, por sí sola, aportó 42 millones. Estas cifras prueban que un gran congreso funciona como “ancla” que arrastra hospedaje, transporte, retail y servicios profesionales, y que acelera la firma de contratos meses después del evento.


El turismo de negocios que puede encender la economía México EEUU en 2025

 

Las universidades también son engranes del ecosistema. En México, el CICOTUR–Universidad Anáhuac documenta que el flujo de turistas internacionales creció 7.4% en 2024, reforzando el “pool” de asistentes extranjeros para congresos. En Estados Unidos, el International Institute of Tourism Studies (GWU) desarrolla investigación aplicada y formación ejecutiva en gestión de destinos, útiles para profesionalizar burós de convenciones y autoridades locales. Ese vínculo academia–industria–gobierno es decisivo para sostener la competitividad de recintos y ciudades sede.

 

Tecnología y productividad han sido el catalizador silencioso. La propia GBTA advierte que la industria que adopte herramientas emergentes —desde IA para “matchmaking” de compradores hasta analítica para medir ROI— escalará más rápido. Para los gobiernos locales, eso implica pasar de contar cabezas a medir “pipeline”: leads generados, valor de órdenes y nuevas empresas atraídas tras un evento.

 

Pero 2025 llega con vientos cruzados. La desaceleración de llegadas internacionales a EE.UU. y la volatilidad de costos amenazan algunos destinos; al mismo tiempo, la fricción en visados, cuellos de botella en aeropuertos y la incertidumbre regulatoria pueden restar competitividad justo cuando la región compite por ferias de manufactura avanzada y salud. La agenda pública del sector en EE.UU. pone el dedo en la llaga: urge institucionalizar procesos ágiles para visados de asistentes a grandes eventos y modernizar infraestructura para reducir demoras. México, por su parte, debe consolidar un Buró Nacional de Convenciones, profesionalizar la cadena de valor y articular su promoción con la ola de nearshoring para que cada expo industrial se traduzca en inversiones ancla en estados frontera e interiores.

 

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Mi tesis para tomadores de decisión en municipios y estados es concreta: el turismo de negocios es una política industrial con traje de gala. En 2024 vimos avances cuantificables —récord global de gasto, recuperación acelerada de expos y mayor peso del MICE en el PIB mexicano—, pero 2025 exigirá pasar del optimismo a la ejecución fina. Tres prioridades: uno, “visa-ready cities” y facilitación fronteriza para asistentes binacionales; dos, métricas de valor económico (deal-flow, exportaciones, empleos técnicos) en lugar de contar noches de hotel; tres, plataformas tecnológicas de datos y IA que integren catálogos de proveedores, clústeres y universidades para que cada congreso deje un “legacy” productivo medible. Si México y Estados Unidos coordinan estas palancas, los congresos no solo llenarán recintos: encenderán motores de inversión y productividad regional cuando más se necesitan.

 

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Escrito por: Editorial

 

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