El Estado 33, el nuevo poder global de los mexicanos en el exterior
- Editorial
- 29 abr
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En pleno 2025, la diáspora mexicana se consolida no solo como una de las comunidades migrantes más grandes del mundo, sino como una fuerza política, económica y cultural que redefine las fronteras de la nación. Más de 38 millones de personas de origen mexicano viven fuera del país, principalmente en Estados Unidos, pero con presencia creciente en Europa, Canadá y Centroamérica. Este colectivo transnacional, al que muchos ya denominan simbólicamente como el “Estado 33”, representa un nuevo actor geopolítico que influye en decisiones binacionales, remesas, inversión, cultura digital y construcción de identidad.
Durante 2024, México recibió un récord histórico de 63,300 millones de dólares en remesas, un incremento del 8.4% respecto al año anterior, según cifras del Banco de México. Estas transferencias, mayoritariamente enviadas desde EE.UU., han superado por tercer año consecutivo los ingresos por inversión extranjera directa y turismo, convirtiéndose en un pilar económico para más de 10 millones de hogares mexicanos. Además, el perfil de quienes envían estas remesas está cambiando: las nuevas generaciones de migrantes —hijos y nietos de los primeros emigrados— tienen niveles más altos de escolaridad, acceden a empleos especializados y participan activamente en procesos políticos tanto en sus países de residencia como en sus comunidades de origen.
A nivel político, 2024 marcó un hito con el incremento de representantes de origen mexicano en gobiernos locales y estatales de EE.UU., particularmente en estados como California, Texas, Nevada, Illinois y Arizona. El caso de Isaac E. Barron en North Las Vegas y de otras figuras emergentes ilustra cómo la comunidad mexicana está comenzando a ocupar espacios de decisión, articulando demandas en torno a migración, educación bilingüe, servicios comunitarios y políticas de integración. Paralelamente, se ha fortalecido la presión desde organizaciones binacionales para garantizar el derecho al voto de los mexicanos en el exterior, con más de 1.6 millones de personas registradas en el padrón electoral transnacional, aunque aún con retos en la participación efectiva.
En el ámbito cultural y tecnológico, el 2024 también reflejó un ascenso del “orgullo bicultural”. Plataformas como TikTok, Spotify y YouTube han sido escenarios donde jóvenes creadores mexicano-estadounidenses exploran su identidad mediante el lenguaje, la música y el activismo digital. Esto ha permitido a las nuevas generaciones ejercer una forma de diplomacia cultural que, si bien informal, incide en la percepción internacional de México y de sus comunidades migrantes. La Universidad de California y el Colegio de la Frontera Norte reportaron un crecimiento del 15% en los programas de estudios sobre la diáspora mexicana y la relación México-EE.UU., lo que apunta a un mayor interés académico por entender este fenómeno como una dimensión estructural del desarrollo binacional.
De cara al 2025, el gran desafío para el llamado Estado 33 será consolidar su poder político y económico de manera organizada y sostenible. A pesar de su tamaño e impacto, la diáspora mexicana sigue careciendo de una representación formal ante el gobierno federal y de mecanismos eficientes para incidir en las políticas públicas mexicanas. Asimismo, la conectividad tecnológica entre comunidades migrantes y sus municipios de origen aún es limitada, lo que frena el potencial de proyectos colaborativos de desarrollo económico, inversión social y transferencia de conocimiento.

Además, las tensiones migratorias entre México y EE.UU. persisten como un reto estructural. Las nuevas políticas migratorias estadounidenses, aunque más humanistas en algunos aspectos, mantienen barreras significativas para la legalización de trabajadores temporales y estudiantes indocumentados. Esto afecta directamente a las nuevas generaciones de mexicanos que, aunque nacidos o criados en EE.UU., enfrentan obstáculos para acceder a una ciudadanía plena.
El Estado 33 no es solo una metáfora. Es una realidad emergente que, con visión estratégica y apoyo institucional, puede convertirse en un catalizador del desarrollo transnacional entre México y el mundo. Apostar por esta comunidad no debe verse únicamente como una política de atención a migrantes, sino como una estrategia nacional de innovación, inclusión y proyección global.
El movimiento del Estado 33 la Diáspora Mexicana es una iniciativa de Marco Tardelli y la escritora Guadalupe Loaeza.
Escrito por: Editorial
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